CLAVE GENETICA 19. EL HUMANO DEL FUTURO


La clave genética 19 se activa cuando el Sol está a 7º del signo de Acuario hasta el grado 13º, en los días desde el 27 de enero hasta  el 2 de Febrero. 

En Diseño Humano se llama  La Puerta del Querer.  

En esta puerta reside la energía que nos conecta con la sensibilidad y en su polo más mundano, apenas conoce la espiritualidad. Más bien reacciona con hipersensibilidad y se perturba con facilidad. 

La Puerta 19 alimenta nuestras necesidades sociales, alimenta el impulso de asegurar la existencia de la comunidad y de tener un lugar para esta energía propia dentro de la comunidad. 

Es la pura energía para apoyar, y la necesidad de disponer del apoyo de la comunidad. A nivel biológico está relacionada con el alimento.

En la línea 1: Interdependencia 07° 37' 30" - 08° 33' 45" :Es el acercamiento exitoso, que al ser aceptado por el otro o por un grupo, no pierde su carácter individual.

En la línea 2: Servicio 08° 33' 45" - 09° 30' 00": La dedicación de los recursos personales hacia los demás y a los valores más elevados, es cuando se quiere ser útil y evitar que el querer ayudar se convierta en sacrificio.

En la línea 3: Dedicación 09° 30' 00" - 10° 26' 15": Cuando uno está abierto a colaborar en la comunidad y tiene la sensibilidad que permite sentirse cómodo en ese grupo, esto ha de mantenerse teniendo cuidado de no caer en la "necesidad" de ser querido.

En la línea 4: El jugador de equipo 10° 26' 15" - 11° 22' 30": Acercamiento individual que atrae y acepta cooperación. El poder y la energía para la actividad externa, y la habilidad de aceptar a otros mientras puedan mantener el paso. Una fuerza de empuje que beneficia a todo el grupo. La energía para solicitar y exaltar la compañía de otros.

En la línea 5: Sacrificio 11° 22' 30" - 12° 18' 45": La necesidad de limitar el potencial personal para alcanzar una meta mayor. La energía para mantener las propias sensibilidades bajo control. Una tendencia a sacrificarse, a mostrar condescendencia.

En la línea 6: Reclusión  12° 18' 45" - 13° 15' 00": Exilio auto-impuesto que solo termina cuando atrae el consuelo apropiado. La hipersensibilidad al rechazo que evita el encuentro con otros.

EL HUMANO DEL FUTURO

Nuestro genoma humano está atravesando en la actualidad una mutación intensa, un salto cuántico de un estado a otro, espontáneo y generalmente repentino.
Para empezar a entender este proceso, hay una primera cuestión que trataremos de conocer.
¿Qué es un dios? ¿Cuál es su naturaleza? ¿Cuándo y cómo nació la noción o la idea de dios?

Estas y otras preguntas sobre el origen y la naturaleza de los dioses han sido temas ineludibles para teólogos, historiadores, filósofos, antropólogos e interesados en la religión de los pueblos y las naciones. Inicialmente los primeros dioses se identificaron con motivos que aludían a las fuerzas que representaban: tenían similitud con determinados aspectos de la naturaleza, animales o eran relativos al sol, la tierra, el agua, el trueno o el rayo. Sólo más tarde los dioses aparecen con rostro y figura humanos.

El hombre confiaba en la naturaleza para la supervivencia, y al confiar en un agente externo, le dio características físicas que se le asemejaran. Es decir, crearon dioses/ídolos que representaran aquellos agentes externos, razón por la cual todas las religiones del mundo fueron naciendo.

Como ejemplo, aun en la actualidad todos los planetas de nuestro sistema solar cuyos nombres y lo que ello significa, se corresponden con la mitología griega.

La relación con un dios o grupo de dioses era una relación de codependencia, ya que se basaba en esta necesidad de encontrar una autoridad allá afuera, de manera que mientras la humanidad siga creyendo en la existencia de un dios fuera de nosotros mismos, la frecuencia de nuestro planeta permanecerá en el nivel de la codependencia.

Codependencia quiere decir estado de consciencia por debajo de la independencia. Ser independiente significa confiar en uno mismo, mientras que ser codependiente significa confiar en agentes o personas externos.

El agente exterior del cual teníamos mayor dependencia era la comida. Dios ha tenido siempre que ver con la comida, y la comida siempre está relacionada con el territorito. La producción de alimentos se basaba en el territorio tribal, que es la razón principal por la que se desarrollaron las diferentes naciones y las culturas. Pero hoy, al menos en el mundo desarrollado, la comida ya no tiene por qué llegar de nuestra propia tribu, sino que puede provenir de cualquier otra parte del mundo. El caso es que nuestras necesidades dietéticas están cambiando conforme aprendemos a manipular nuestro entorno con más eficacia.

La causa del sufrimiento humano se originó y dependió de la existencia de una autoridad separada que vibra a una frecuencia superior a la de uno mismo, es decir, tiene algún tipo de poder sobre nosotros. Esto es la definición de lo que significa ser una víctima, que es lo que caracteriza las frecuencias de la codependencia.

La mente del hombre está basada en la causalidad; en cuanto conocemos la causa de algo que sucede, creemos que hay un propósito, como consecuencia de ello un científico podría decir que la evolución espiritual del hombre se produce como resultado de su evolución biológica, este punto de vista científico se enfoca en el mundo de la materia, mientras que para un místico, todo parece servir al propósito de la evolución de la consciencia.

Gracias a ciencias como la física cuántica y la genética, la humanidad está empezando a jugar a ser dios cada vez más y, por lo tanto, está yendo de un estado de codependencia a un estado de independencia. Ahora que nos podemos burlar de los dioses con la tecnología moderna, ya no los necesitamos mucho. Cuando más avanza la sociedad, más cuestionamos a esos dioses como modelo de autoridad externa.

Esa codependencia está atravesando actualmente una gran mutación genética, lo que significa que la confianza del humano en la religión está sufriendo también una transformación. Se está abriendo un camino completamente nuevo, un camino en el cual los seres humanos tendrán que dejar atrás las maneras tribales codependientes.

A nivel global, estamos comenzando a ver la manifestación de todo ello en la batalla entre la globalización y los guerrilleros independientes, y también entre la ciencia y la religión.

Para nosotros, como individuos, la transformación de la codependencia supondrá un difícil cambio en la expresión de nuestras relaciones. El viejo estilo de relaciones codependientes, del marido trabajador y la esposa ama de casa, están dando lugar a nuevos niveles de independencia.

La liberación de las mujeres está cambiando la infraestructura de nuestra civilización y gracias a los grandes cambios genéticos que están teniendo lugar por todos lados, las dinámicas de la relación hombre/mujer son hoy mucho más desafiantes que nunca. Se aproxima una profunda transformación, y los papeles están cambiando para acomodarse al nacimiento de un nuevo paradigma.


NATURALEZA REPRESIVA: NECESITADA

Cuando esta energía de la independencia está reprimida surge un patrón de necesitar y de estar apegado a aquello de lo cual se depende.

Esto se manifiesta en personas que no pueden soltar el pasado por el temor a estar solas, lo que crea una dinámica de relación catastrófica, basada en convertir a los otros en víctimas de sus necesidades y la relación se vuelve tóxica, se fundamenta en la culpa, culpar al otro por no atender nuestras necesidades.

En esa relación tóxica, se representan todo tipo de dramas con el objetivo de conseguir el enganche o atadura con la otra persona, y al hacerlo a través de la culpabilizar al otro, están atrayendo continuamente más situaciones negativas a su vida.

Llevado esto al extremo, algunas personas necesitan atraer al otro aunque sea adoptando un papel de víctima y aceptando incluso la violencia, como signo de que al otro "le importa".

NATURALEZA REACTIVA: AISLADA

La otra forma de manifestar esta energía mal canalizada es el aislamiento. Este tipo de personas rechazan toda atención y proclaman que no necesitan a nadie. Pretenden ser independientes cuando lo cierto es que, más allá de la apariencia, son un volcán de rabia.

Desde luego, las personas que se aíslan por decisión propia, se ocupan de hacerlo a la vista de todos. Su objetivo es mostrar lo solos que se encuentran; desean llamar la atención sobre ellos mismos y se vuelven todavía más amargados de lo normal cuando los otros les dejan solos.

Paradójicamente, cuando otros tratan de apoyarles o les ofrecen su amistad, normalmente explotan y proyectan toda su ira reprimida hacia esas mismas personas haciendo que se sientan culpables por haberlos abandonado antes. Es fácil ver cómo tanto la naturaleza represiva como la reactiva crean la dinámica perfecta de una relación disfuncional codependiente.

DON: SENSIBILIDAD

En la medida que vamos siendo más independientes, va naciendo un nuevo aspecto de nuestra energía que nos aporta la capacidad de sentir a los otros y sus necesidades.

La Sensibilidad consiste en estar sumamente en sintonía con las necesidades de los otros.

Esta energía también está relacionada con el tacto. No significa "tocar" literalmente hablando, aunque podría serlo, pues la mayoría de las personas que tienen esta clave en su perfil, podrían ser terapeutas o sanadores dotados.

Se trata de algo más que un sentido físico del tacto; es más bien un "tacto especial" en el trato con las personas y con los animales. Tal y como hemos aprendido de la sombra, esta Clave Genética se basa en cubrir las propias necesidades y, cuando tú eres capaz de gestionar tus propias necesidades, de repente te das cuenta de las necesidades de todos y cada uno de los que te rodean. Esto te convierte en un gran barómetro medioambiental.


Existe un extraño fenómeno que se da en los seres humanos, conocido con el nombre de Sinestesia.
La sinestesia es la consecuencia de un incremento de la Sensibilidad de tu entorno sensorial, es la habilidad genética para conectar internamente diferentes sentidos: por ejemplo, oler con los ojos o sentir los colores con el tacto. Se trata de un fenómeno muy conectado con el don de la sensibilidad, que se activa en la medida en que nos hacemos menos dependientes de lo externo.

Si este Don es un aspecto de tu Perfil Hologenético, entonces es muy posible que puedas descubrir habilidades latentes que te permitirían sentir intensamente tu entorno y, en particular, percibir los patrones emocionales y las necesidades de los otros, a través de su campo áurico vivo. Muchos artistas y sanadores tienen este tipo de don y pueden sentir los campos de energía de los demás y también del entorno.

Tan pronto como somos independientes, sucede algo mágico. Nuestra sensibilidad hacia la vida misma tiene un renacimiento. Podemos sentir más intensa la conexión con los árboles, los animales y con otro ser humano. Esto podría ser como un sexto sentido que se revela y nos permite el acceso más allá de los cinco sentidos y más allá de las palabras.

Captar estos campos energéticos naturalmente te permite ver un mundo completamente diferente del que
ven la mayoría de las personas: un mundo de fluctuaciones energéticas, colores intensos, estados de ánimo y patrones de presión interna. En un sentido más profundo, se tiene acceso a las esferas de la magia.

Estamos ya viendo este tipo de respuestas al nuevo paradigma en toda nuestra cultura actual, al tiempo que nos hacemos más conscientes de cuánto daño está haciendo al entorno la codependencia.

La Clave Genética 19 es un portal genético hacia el inconsciente y, en particular, hacia el inconsciente colectivo. Es interesante que este don tenga una fuerte activación en aquellas personas y culturas que viven próximas a la naturaleza, como es el caso de las culturas indígenas. En ese tipo de grupos tribales siempre ha habido una acusada sensibilidad en relación con todo aquello que está más allá de los cinco sentidos. Lo que la sociedad actual interpreta, a menudo, como ingenuidad en esas culturas, no es más que una sensibilidad genética amplificada de la realidad cuántica del inconsciente.

La Clave Genética 19 se comporta como un marcador genético en el ADN humano, y solamente cuando se alcanza cierta frecuencia genética, ese marcador activa el portal que permite a la información cruzarse con claridad entre esos mundos paralelos. A ciertos seres humanos se les ha atribuido siempre (y a veces han sido desacreditados por ello) la habilidad de escuchar voces de espíritus o ángeles, es una habilidad genética que llega con este don.

Al actuar como un portal entre las esferas de lo consciente y de lo inconsciente, los que saben usarlo pueden acceder a la información de otras esferas distintas de la humana, y tener un poder especial a la hora de conectar con el reino de los animales, estarán en contacto y conocerán el destino futuro de esta relación entre las especies.

Las personas con este tipo del dones son intérpretes naturales de otras esferas. Su percepción amplificada de los caminos energéticos y conexiones entre todas las esferas, materiales, emocionales, mentales y divinas los destaca como pioneros e iniciadores en esas esferas mágicas.

En el mundo de hoy, esta habilidad para sentir inconscientemente las necesidades de los otros hace que muchos los vean como psíquicos; su función en el futuro, como veremos, será la de lograr que se desmoronen las barreras que nos separan, y enseñar a conducir esta energía hacia la fusión total de los antiguos reinos mágicos con la realidad material actual.

SIDHHI

El camino por las diferentes frecuencias de la Clave Genética 19 nos lleva de la codependencia a la independencia, hasta finalmente alcanzar la interdependencia. La interdependencia supone un salto cuántico respecto a los dos niveles anteriores, y el destino futuro de nuestra especie depende de su realización.

El verdadero significado de interdependencia tiene que ver con penetrar en el estado de unión con todos los seres de la creación, lo que incluye eliminar la idea de ser un individuo separado y único. Una vez que superemos la codependencia de agentes externos, podremos por fin alcanzar la independencia. Asimismo, una vez que alcancemos la independencia, tendremos que afrontar otro gran salto: dejar nuestra recién ganada independencia y confiarnos a la mismísima totalidad.

Como hemos visto, esta Clave Genética tiene una profunda conexión con los reinos animales. La humanidad es el resultado de una evolución del reino animal. Somos el resultado de una serie de mutaciones genéticas que sucedieron en los primates y que condujeron a la creación de una especie nueva, el Homo sapiens. En cada nivel de la cadena, la forma superior se alimenta de la forma inferior pues nuestra manera de seguir evolucionando.


Nuestra conciencia individual se despliega como si se tratase de un conjunto de muñecas rusas: conforme sucede cada salto de conciencia, nos vamos dando cuenta de que estamos alojados en un marco más amplio del que habíamos podido comprender hasta entonces.


Hay un total de nueve dimensiones que nuestra Tierra tiene que atravesar, y mientras vayamos cruzando cada una de esas nueve iniciaciones, tendremos que ir sacrificando nuestra identidad local, nuestro pequeño ser, hasta que por fin nazca como un ser humano realmente universal.

Todo lo que vemos que está sucediendo a nuestro alrededor en el mundo, desde la polución hasta el cambio climático, pasando por las guerras, la aparición de nuevos virus...etc, es el resultado del inmenso proceso genético que estamos experimentando.

EL HUMANO DEL FUTURO, comprende lo que está por venir y también lo que debemos hacer para superarlo. Se trata de seres que surgen durante períodos de gran mutación, ya que ellos mismos son ejes fundamentales de esa mutación. Con su ADN mutado, hipersensible, ven la nueva forma emergente y hacen todo lo posible para preparar a la gente para el cambio de consciencia que se avecina. Son puentes altamente sensitivos para conectar con el nuevo ser humano, y tienen la habilidad de extraer la información sobre el nuevo paradigma desde más allá del velo del futuro y hacerla accesible en el presente.

Uno de los rasgos del nuevo ser humano será una increíble sensibilidad que va mucho más allá del ser psíquico. La consciencia en tales seres no se reconocerá a sí misma como separada de otros seres humanos, por lo que trabajarán por la humanidad sin ocuparse de sí mismos.


fuente: texto adaptado del libro "las Calves Genéticas"
https://genekeys.com/




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